miércoles, 13 de enero de 2016

La rebelión de las etiquetas

Ante la sospecha de millones de ciudadanos de todo el mundo por la continua desaparición de algunos de los calcetines de la cesta de la ropa sucia, y pensando que algo extraño había detrás de todo ésto, el Instituto De Información para Sucesos Inexplicables, colocó durante estratégicamente un año, en unas diez mil viviendas, cámaras de visión nocturna con sensores de movimientos y zoom automático. Dicho instituto, al terminar el estudio envió un informe detallado a los gobiernos ante tan magnífico y pionero hallazgo. El informe dice esto:
Tenemos datos fehacientes de que las etiquetas de las ropas que usamos a diario tienen vida propia. Hemos detectado una similitud en personalidad con la de los seres humanos. Si bien algunas etiquetas son tímidas (aquellas que se enrollan en sí mismas), otras, sin embargo, son agresivas y disfrutan martirizando con arañazos y pinchan. Otro grupo son traviesas como niños, descosiéndose ellas mismas y volviéndose a coser en prendas de otras tallas diferentes, sólo por pura diversión. Se ha estudiado el caso de algunas que borran el método de lavado de la prenda en cuestión y anotan programaciones que las beneficie, así como agua templada, lavar la prenda a mano, o tender al sol. Éstas últimas son sibaritas que sólo pretenden caprichos y lujos. Hemos detectado también que hay un buen número de exhibicionistas, alargando sus centímetros para aparecer siempre por fuera. Incluso hay un gran número de etiquetas lujuriosas, que intentan por todos los medios llegar a las zonas nobles tanto de hombres como de mujeres. De hecho, por ley, en los sujetadores las etiquetas deben coserse en los corchetes de la espalda, pero muchas de ellas se las ingenian para colocarse delante, en la copa del sostén. Tangas y slips también son víctimas de dichos abusos. Aunque lo más sorprendente del estudio es haber averiguado el porqué de la desaparición de algunos calcetines del cesto de la ropa. Esto es debido a la rabia, ya que siendo cortadas con tijeras por los humanos ante las molestias causadas por el picor, las tiran a la basura. Éstas salen de noche y raptan algún calcetín dormido, llevándolo a lo más hondo del cubo. Tenemos razones para confirmar que es la envidia lo que mueve a estas etiquetas agresivas para ejecutar dichos actos, en venganza, ya que los calcetines son las únicas prendas que no son etiquetadas.
Luciérnagacuriosa Enero 2016